jueves, 20 de octubre de 2016

Por una crítica sin atavismos de pureza: A propósito del proyecto Poemojis de Dante Tercero

Fuente: Dante Tercero, Facebook.

Durante 2015 y 2016 han circulado en redes sociales como Facebook y Twitter una serie de chistes, burlas y en menor medida críticas fundamentadas al proyecto Poemojis de Dante Tercero, el cual fue acreedor de la beca a Jóvenes Creadores del FONCA para el periodo 2015-2016 en Poesía.

En una entrevista realizada a inicios de 2016, Dante explicaba que los Poemojis “se distinguen por estar acompañados por elementos gráficos propios de la cultura de Internet llamados 'emojis'; pictogramas que son utilizados en conversaciones de texto a través de teléfonos inteligentes para precisar las expresiones y que aquí se insertan para acompañar al poema como si de un haiga japonés se tratara.” (Valeria Ríos, “Poemojis: poesía pictográfica del siglo XXI”, 2016).

Aunque la descripción del proyecto no es fácilmente accesible, para conocer el proyecto de Poemojis de Dante se puede acceder al sitio www.poemojis-fonca.tumblr.com

Imaginarios y disputas de sentido sobre la poesía en la actualidad

Este proyecto evaluado y aprobado por Efraín Bartolomé, José Homero, Luis Felipe Fabré y Mariano Morales, tal y como puede consultarse en el sitio web del FONCA a través en las actas de dictamen con los resultados para Poesía, ha generado polémica y debates respecto a la validez literaria o no de esta propuesta, donde los argumentos negativos han girado en torno a la poca seriedad, el facilismo o el absurdo de crear poemas a partir de elementos visuales como los emojis. Sin embargo, en la mayoría de las opiniones negativas o críticas a este proyecto (con sus justas excepciones) es posible identificar también un tono conservador, defensor de las formas clásicas o tradicionales de escribir/hacer poesía, centrando sus opiniones y argumentos en una disputa por lo que consideran “verdaderamente poético” o digno de ser llamado literatura con mayúscula, a pesar de la obviedad respecto a los sentidos heterogéneos que guarda lo poético y lo literario para cada persona.

Desde las redes sociales y la marea de opiniones generadas tanto por escritores, poetas, lectores y más miembros de la comunidad artística y cultural, en muchas ocasiones se promueve la censura y el rechazo a aquellas propuestas que escapan al canon o las formas tradicionales de lo poético. Esta actitud desecha proyectos como el de Poemojis sin conocer el bagaje o trabajo previo del poeta, cayendo de manera acrítica en prejuicios literarios, estéticos y filosóficos, sea por ignorancia, desinterés o franca pereza para situarse desde una posición de apertura hacia propuestas diversas que escapan a las comprensiones habituales en poesía.

Pareciera que ante otras alternativas de lo poético, poetas y escritores como en el caso mexicano, se anclen en nociones fijas, inamovibles e intolerantes, sacando a relucir comentarios articulados desde una noción de pureza imaginaria  que trata de medir con la vara de la métrica, el estilo o las formas clásicas, una expresión que dialoga con estos elementos pero no deposita su centralidad en ellos solamente.

Juventudes y lenguajes de nuevas tecnologías

Por otro lado, está también la cuestión de la comunicación en tiempos de redes sociales, y cómo particularmente desde la década de los noventas con la aparición de sistemas operativos como Windows se han constituido otros lenguajes y expresiones desde la informática basadas en iconos, hipervínculos y todo un conjunto de composiciones altamente complejas que articulan los nuevos medios y tecnologías de comunicación en relación con lo social.

Estos lenguajes han sido mayormente dominados y transformados por las generaciones más jóvenes que cuentan con acceso a Internet y también a dispositivos electrónicos, quienes mediante su rápida adaptabilidad y manejo, han permitido proponer formas de expresión que conjugan lo gráfico con lo visual al momento de comunicarse por mensajes o por las distintas plataformas que existen en Internet, haciendo de estos tipos de comunicación códigos aparentemente encriptados para un lector no familiarizado, pero cuyos sentidos son ampliamente compartidos y constituyen ricas formas de diálogo multimedia como antes no habían existido.

Si bien, desde la semiología clásica las formas de comunicación en Internet que utilizan jóvenes y no tan jóvenes no son consideradas un lenguaje propio, desde una lectura más antropológica sobre el lenguaje de nuevos medios en el presente, éstos sí constituyen un fenómeno social presente en nuestra vida cotidiana desde su amplitud comunicativa que recurre a las abreviaturas, uso de mayúsculas y minúsculas, faltas ortográficas intencionales y no intencionales, uso de emojis, memes, gifs, videos, entre otras formas de hacer un comentario, expresar un sentimiento, una crítica, una opinión, y en general, comunicarse. Dos referentes teóricos que han profundizado analíticamente los alcances y transformaciones socioculturales debido a la integración de la tecnología en la vida cotidiana y nuestras formas de comunicación son Lev Manovich con El Lenguaje de los nuevos medios [The Language of New Media (Cambridge, Mass.: MIT Press, 2001).]; y de modo más reciente, el libro del pensador francés Michel Serres, Pulgarcita [Fondo de Cultura Económica, 2013] cuyo título alude a la maestría con la que las y los jóvenes de hoy envían rápidos mensajes que brotan de sus pulgares en sus dispositivos electrónicos, particularmente teléfonos inteligentes, y cuyos desafíos como generación son radicalmente distintos a los de generaciones anteriores, entre estos retos está el de integrarse a formas de comunicación tradicionales mediadas por las nuevas tecnologías.

Es en este contexto de transformación de lenguajes debido a las nuevas tecnologías donde se inscribe de manera oportuna el proyecto Poemojis de Dante Tercero, que no puede ser aislado de las condiciones histórico-sociales en las que emerge, pero tampoco de las referencias estéticas y poéticas que lo acompañan, siendo una de ellas la influencia de la poesía breve japonesa, por ejemplo, tal y como Dante lo expresa en otro momento de la entrevista antes citada.

El libro . Una exploración poética previa

Por otro lado, además de la perspectiva comunicativa que ayuda a comprender la pertinencia de una propuesta como ésta, también se encuentra la exploración personal de Dante en el género de poesía a través de sus diferentes proyectos, lo que es posible ver desde su blog personal [patriciabinome.blogspot.com/].

Una de estas exploraciones previas es el libro de poesía titulado [corazón], publicado con el seudónimo de Patricia Binome en 2012 por la Colección Fuera de Serie del proyecto editorial Kodama Cartonera, del cual soy coeditor junto con Aurelio Meza. Desde su título, este libro invita a cuestionar el predominio de la grafía formal abriéndole paso a la imagen tipográfica. El corazón que figura en la portada en un principio desconcierta al no saber cómo enunciarlo por la ausencia de grafía, pero al ir conociendo el contenido del libro es cuando se haya su coherencia interna y su pertinencia integral como propuesta.

Y si bien, en es posible encontrar poemas que podrían identificarse siguiendo los estilos habituales para la escritura de poesía [métrica, uso de figuras retóricas, etc.], textos en los que se torna visible su formación poética y un estilo que en ocasiones transita de un lirismo lúgubre hacia tonos e intenciones que abrevan del haikú japonés y otras formas de la poesía breve, también en se pueden encontrar poemas construidos mediante collages de palabras, intervenciones visuales en los textos, así como poemas creados a partir de imágenes y recursos tipográficos. Por lo que el interés de Dante en proponer lenguajes atípicos o poco usuales para su expresión poética no es ni una ocurrencia ni nacen del facilismo expresivo, sino de exploraciones poéticas previas y también de una intención que desde mi punto de vista hace uso de la densidad sintética que albergan ciertas imágenes a fin de expresar enunciados poéticos que aportan otras cargas simbólicas. Para las personas interesadas, el libro está disponible para su lectura y descarga gratuita en el blog de Kodama Cartonera.

Diálogos y posibilidades con otras alternativas poéticas

Otra cuestión que me gustaría tratar además del aspecto comunicativo y las exploraciones poéticas previas de Dante, es cómo dialoga el proyecto de Poemojis con otras apuestas alternativas de poesía en México como la poesía visual que realiza desde hace décadas Raúl Renán, por ejemplo, o nuevas apuestas de poetas jóvenes como Jesús Urbina y, de modo más reciente, el fugaz pero lúcido aporte de Genkidama Ñu, así como las cartografías, mapas poéticos y uso de lenguaje informático de Yaxkin Melchy, entre otras propuestas que no se autoexcluyen de las formas habituales para la creación poética, pero se sitúan al margen de ellas para crear estilos propios y propuestas innovadoras.

Si bien, la aceptación de estos modos de hacer poesía no ha sido fácil, y menos en escenarios altamente tradicionalistas y conservadores como en el caso de México, lo importante es que están funcionando como catalizadores de nuevas expresiones poéticas, mostrando a las generaciones más jóvenes formas expresivas que antes hubieran sido inverosímiles de proponer, pero que gracias a su existencia están abonando el camino para que otras personas, particularmente jóvenes, sigan explorando y sintiéndose identificados con la poesía a partir de los recursos y herramientas que tienen a la mano.

Por mi parte no veo nada de malo en estas exploraciones, ni muchos menos considero que atente contra la poesía ni la imaginada pureza alrededor de ella, sino que más bien pareciera que estamos en un momento de perplejidad respecto a la rapidez con la que se transforman los modos de comunicación hoy, y la única y más básica respuesta a este fenómeno es rechazarlo categóricamente. No estamos obligados a hacer uso de estos lenguajes, pero tampoco tenemos ningún derecho a restringirlos porque no los entendemos ni les damos validez. Las nuevas tecnologías y sus lenguajes han llegado para quedarse, con todos los efectos comunicativos que esto implica. No hay atisbos de que vayan a desaparecer y más bien siguen modificando nuestros modos de relacionarnos. Por ello no es extraño que surjan propuestas como el proyecto de Poemojis de Dante Tercero, que si bien, pareciera no interpelar a los centinelas mexicanos de la verdadera poesía y literatura en el país, sí está tendiendo puentes hacia otras formas de expresión y comunicación usadas por jóvenes, tal y como lo hizo en su momento la poesía visual y otras alternativas poéticas.

Las redes sociales y la crítica literaria hoy en México

Para concluir aportaré unas ideas relacionadas a las maneras de hacer crítica literaria en la actualidad mexicana, la cual atraviesa por una crisis de legitimidad que se ha distinguido por su ambivalencia ética y política respecto a los juicios que formula y las posiciones que defiende en los espacios de debate. Dicha ambivalencia desde mi opinión radica en que hoy pareciera que los diálogos y discusiones más vivos sobre poesía o literatura en México se dan en las redes sociales como Twitter o Facebook,  o también en foros de comentarios; plataformas de comunicación donde lo informal de las opiniones validan, celebran y dejan entrever que el fácil recurso del prejuicio, el comentario soso, la burla, el insulto, la estupidez o el escarnio tienen igual y hasta más importancia que un comentario crítico o fundamentado desde intenciones no burlescas, insultantes o irónicas.

Poco a poco nos vamos acostumbrando a que las discusiones sobre literatura y poesía en México se den a través de memes, chistes, sarcasmos y demás recursos puestos a trabajar por opinólogos de ocasión o personas que, a pesar de su capacidad crítica, se entregan a la superficialidad discursiva o  ejercen la altivez de la negación para no contaminarse en debates mundanos. Lo anterior no tiene la intención de hacer un exhorto general para volver a las plataformas clásicas donde ocurrían los debates sobre literatura y poesía, siendo que esto es imposible. Lo que me parece importante destacar es que la ambivalencia ética y política de la crítica realizada desde estos espacios está dada por la informalidad en la que se expresan juicios y prejuicios de manera indistinta.

Por otro lado, qué seriedad crítica se puede esperar si los poetas y escritores con capacidad de hacerlo más bien son hábiles artífices del meme y el prejuicio disfrazado de chiste en un post en Facebook o en un Twitter. Como si no se supiera que a causa de las interminables burlas y bufonerías en las redes sociales se alimenta la intolerancia, el rechazo y la censura hacia lo distinto, lo inusual, lo otro. Sin embargo a pesar de los visibles efectos negativos, no se ha hecho una crítica más profunda de este fenómeno que trivializa lo más sensible, incluso la muerte, y que a casi tres décadas de haber revolucionado la comunicación en la vida cotidiana a causa de las nuevas tecnologías parece que apenas vamos empezando a conocer sus efectos.

Hay una deuda con la crítica literaria y poética en México. Una gran cantidad de obras están a la espera de ser revaloradas o en proceso de convertirse en aportes significativos, sin embargo muchas de ellas quedarán relegadas por insultos o chistes de escritores, poetas, lectores y demás personas que descargaron en ellas sus prejuicios para invisibilizarlos.

Presente y futuro de Los Poemojis: algunos alcances y limitaciones

Finalmente, ¿es criticable el proyecto Poemojis de Dante Tercero? Por supuesto que lo es, como lo puede ser cualquier otro proyecto becado por el FONCA o también desarrollado sin apoyos institucionales. Sin embargo la ambivalencia crítica también acontece en las opiniones negativas que circulan referente a este tema, ya que hay una línea muy tenue entre la crítica al proyecto y la crítica a las afirmaciones personales de Dante. ¿Qué es lo que se está criticando entonces, el proyecto o la persona? No es posible para mí ponerme de lado actitudes prepotentes, respuestas sarcásticas o presunciones de ningún tipo, sean del autor o cualquier voz crítica a este proyecto, lo que sí considero importante es aportar ciertas claves de lectura más contextualizadas y alejadas de esta ambivalencia general que no tiene certeza de lo que critica pero de todas formas lo hace.

Sea cual sea el caso, en las redes sociales donde prolifera la trivialidad y lo superficial se confunde sin importancia la pregunta entre proyecto y autor, a pesar de que la diferencia entre una y otra es radical. Lo paradójico de todo esto es que la mayoría de voces críticas al proyecto de Poemojis pidan “coherencia”, “profundidad”, o incluso  un esfuerzo por hacer “poesía de verdad”, pero que la exigencia esté hecha a través de burlas, sarcasmos, chistes, ironías e insultos. El propio juicio se anula por su cuenta.

En mi opinión considero que los Poemojis de Dante Tercero representan una propuesta adecuada y relevante en un momento donde la centralidad de gran parte de nuestra vida cotidiana gira en torno a las nuevas tecnologías. También, la interpelación hacia lectores más jóvenes es directa, ya que la composición de los Poemojis se nutre de expresiones de lenguaje usadas de manera amplia por quienes tienen acceso a dispositivos electrónicos.

Por otro lado mi crítica va más dirigida a que en algunos de ellos hay una literalidad plana entre palabra e imagen, anulando la polisemia intrínseca de los emojis según el contexto donde son articulados. Es decir, se piensa en lluvia y aparece un emoji de lluvia, se piensa en árbol y aparece un emoji de árbol. Desde luego no en todos los casos sucede esto, ya que hay algunos Poemojis donde no es posible hacer lecturas literales, invitando al propio lector a la interpretación visual y poética, y de desde este modo renovando el sentido y significado interno del Poemoji.


Además de otras líneas críticas de análisis, es importante destacar que esta propuesta continua creciendo como “proyecto”, es decir, sigue en proceso de construcción a pesar de ya contar con creaciones materializadas y físicas como el libro Poemojis, publicado en 2016 por Tiempo que resta Ediciones. Los Poemojis sin duda invitan a más experimentación y exploración con estos recursos y plataformas, incluso a creaciones de emojis propios para ampliar el repertorio de los ya existentes, por ejemplo. Sin embargo quedará en manos de Dante continuarlo desarrollando o no en el futuro. Mientras tanto, en estos momentos de ambivalencia crítica, avalancha de opiniones y reclamos de pureza, se torna crucial no opacar una alternativa poética de la que apenas se están conociendo sus alcances.